REFLEXIONEMOS… PARA ACTUAR

Aquello de «pienso, luego existo» se nos queda ya corto, después de que «pensar» nos haya venido largo, a lo largo de la historia, debido a los intereses de la minoría que siempre prefirió dominar y supo conseguirlo, la mayor parte del tiempo, para nuestro pesar. Durante muchos siglos tuvieron en sus manos el secreto de la dominación: la ignorancia individual que les proporcionaba la pasividad colectiva y la resignación -así lo quería dios-.

El «pienso, luego existo» sirvió, en una época determinada, para disminuir las diferencias, para elevar de categoría de los dominados, para hacer más llevadera la existencia de la ignorante y pasiva mayoría, para rozar con los dedos el «bienestar».

Pero los dominantes nunca pudieron vivir sin dominación. Probaron por la fuerza: guerras horribles en las que no escatimaron horrores y sufrimientos al mundo entero, revoluciones consentidas para evaluar costes y estrategias diversas. Desarrollaron políticas diferentes y experimentos económicos: creación de bloques y alianzas, reinvención de naciones, segregación de territorios, creación de mercados, monedas nuevas, sucesivas crisis…

Durante los últimos años, a la luz de los resultados de sus experimentos, han determinado la aplicación de las recomendaciones del memorandum final que debe abordar el inmediato desmantelamiento del orden actual.

Un derroche de esfuerzos se fueron «implementando» a lo largo de las últimas décadas con el objetivo último de desactivar, inicialmente de manera pacífica e incruenta -las guerras solo si son pequeñas les fueron rentables-, los beneficios universales del pensamiento -que tanto les había hecho perder a los que habían dominado el mundo- .

Toleraron -según territorio y administrador- educación pública para el desarrollo integral del individuo, sanidad universal y gratuita, una pretendida lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, «paz laboral» y algún que otro localizado «bienestar» más o menos ficticio… para enlazar, a través de la última crisis, con una razonada (?) secuencia de acontecimientos que facilitara, a los todavía pensantes, la comprensión de las medidas necesarias -especialmente dolorosas al principio- que nos llevarían al final de la crisis. (Su crisis de dominación, claro está)

La necesaria abolición de lo público (la política) sería condición sine qua non para comenzar el desmantelamiento del estado actual de las cosas. Todo el poder se le otorgará a la economía y ella se encargará de lo necesario para el advenimiento del nuevo orden que facilitará el mejor y definitivo periodo de dominación de la historia de la humanidad.

Ya llevan algún tiempo «trabajando en ello».

La existencia de nuestro futuro inmediato nos exige hoy un poco más que aquello de «pienso, luego existo«.

No podemos conformarnos con pensar.

Ya no es suficiente.

¡Tenemos que actuar!

¡RELEXIONEMOS… PARA ACTUAR!

2 comentarios sobre “REFLEXIONEMOS… PARA ACTUAR

    1. ¿Reflexionar?, ¿actuar?, ¿reflexionar sin actuar?, ¿actuar sin reflexionar? Perdona si con esta respuesta te incito más a la reflexión. Posiblemente sea muy necesario cubrir ampliamente este paso, eso puede ayudar a quitar miedo a lo que de verdad creo que da miedo… ACTUAR. Pero no te preocupes: tómate tu tiempo y procura no reflexionar solo (de soledad). Eso quita miedo.

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