A contracorriente

A Contracorriente2
Imagen tomada de la red

Se suele decir que «después de la tempestad viene la calma».

¡Pues aquí estamos de nuevo!

Certificando que somos, pero que ya no somos el mismo que antes de la tempestad. Que todo lo que nos ocurre nos transforma. Que no somos mejores ni peores que otros. Que siempre hay motivos para llorar y que, por eso precisamente, debemos encontrar motivos para reír. Que tenemos que elegir, todos los días, y ahí -en esa elección- está la libertad del ser humano.

Nuestra elección puede consistir en no elegir jamás y dejarnos llevar por la corriente. También podemos elegir estar siempre llorando, con la queja a cuestas, y negar lo que sentimos delante del espejo. Podemos cerrar los ojos a la realidad, exigir a los demás lo que no somos capaces de exigirnos a nosostros mismos o no asumir la responsabilidad que nos corresponde en la construcción de nuestra realidad.

Pero lo nuestro -lo humano- es avanzar, aunque sea a contracorriente.


A contracorriente -(c) -grojol