¿Cómo puede haberme ocurrido esto a mí?

Llevo ya dos días enfrascado en la investigación sobre las circunstancias de mi muerte y no he conseguido atar ni un cabo de los muchos que debe de haber sueltos por ahí. Ya sé que no estoy preparado para llevar adelante una investigación de semejante envergadura. Ya sé que no dispongo de medios técnicos de ninguna clase. Ya sé…, ya sé… ya sé…

Mi investigación tiene que ser más bien… ¡imaginativa!, de cabeza, de darle vueltas al asunto hasta que caiga por su propio peso.

¡Vamos a ver! Para que una investigación tenga éxito, creo que hay que tener un montón de preguntas y ser capaz de encontrar las respuestas a todas. Es… como resolver un problema de matemáticas.

¿Qué datos tengo?:

  • Estoy muerto. O, por lo menos, hay signos evidentes de que así es. No habrá más remedio que confirmarlo con algún tipo de prueba.

  • Esta muerte mía, seamos sinceros, no es muy normal. ¡Es rarita! Es, en cuestión de muertes, como las enfermedades raras en enfermedades. Esas que dicen que afectan a uno o dos o a muy pocas personas en todo el mundo. Habrá que buscar por internet, será lo más práctico, si hay algún caso más como el mío.

  • La muerte. Quiero decir… mi muerte… ¿ha sido natural o artificial? Lo que hay que determinar, claro está, es si ha sido obra de dios o ha sido obra de los hombres y/o de las mujeres.

La formulación de las preguntas, como se puede comprobar más arriba, va un poco en el estilo de la linea de intervención de Gila cuando consiguió atrapar al asesino después de aquel férreo seguimiento en el hotel; por el hall…

– ¡Alguien ha matado a alguien!

Por los pasillos…

– ¡Alguien ha matado a alguien!

Hasta que el pobre asesino, lleno de remordimientos por la efectividad de aquella genial estrategia de indirectas sin límite, acababa confesando su participación en los hechos delictivos en los que estaba imputado.

Pero vamos a los hechos que nos ocupan (no tengan en cuenta ese «nos» mayestático como un abuso de posición calculado. Es… un caprichito, nada más.)

El orden en una investigación creo que es fundamental, pero tengo entendido que hay otras cuestiones que son tanto o más importantes. A mí me da en la nariz que la cuestión principal está en dilucidar primero si esta muerte es obra de dios o es obra de los hombres y/o mujeres; así que comenzaremos por ahí (entiendan, por favor, que ese «comenzaremos» no está sugiriendo a nadie que me eche una mano en esta dificilísima tarea).

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