Sin saber de la nube ni del agua del río,
entre luces de auroras, entre sombras de ocasos;
los mejores momentos, más color y mas brío,
los que vuelan con alas de perfectos pegasos.
Nunca fácil resultó dar los primeros pasos
en un camino duro, inconsistente y frío.
Los momentos felices siempre fueron escasos
en un paraje agreste, tan triste y tan sombrío.
No me entregas cariño ni pronuncias mi nombre.
Las opciones son tuyas, que yo nada te exijo.
Nunca vas a llamarme… para que no me asombre.
Las mentiras que crees no son lo que yo elijo.
Nunca vas a mirarme como se mira a un hombre.
Nunca vas a besarme como se besa a un hijo.